Al hacer click en la opción “Anomalías” en el menú lateral izquierdo verás pequeñas formas cuadradas sobre el lote. ¿Pero qué son realmente esas formas extrañas? No son más que pequeñas zonas que muestran diferencias significativas en vigor con respecto al resto del lote y a la imagen anterior. Estas áreas encerradas se denominan “anomalías” y son detectadas por un algoritmo. Las anomalías ayudan a indicar cuales son esos sitios que pueden estar afectados por plagas, enfermedades, malezas, estrés hídrico, etc.
¿Pero cómo lo hace el algoritmo realmente? Se analiza cada píxel de la imagen en busca de problemas, teniendo en cuenta la evolución del lote y otras fuentes de datos. Entonces cada vez que una nueva imagen está disponible, se ejecutará ese algoritmo. Si existen zonas con significativas diferencias en vigor, se dibujarán sobre el lote. Asimismo el usuario recibirá un listado con las anomalías, en las cuales se especificará la fecha y la superficie. Cada anomalía puede ser seleccionada en forma individual para ser analizada.
¿Qué hacer con las anomalías?
Las anomalías detectan zonas que podrías haber pasado por alto o que con una simple vista a campo te costaría diferenciar. El hecho de tener ya identificado zonas con diferencias significativas en vigor nos permitirá darle mayor importancia al momento de realizar una recorrida. Aconsejamos ir al lote a verificar qué son las anomalías, y de detectar que efectivamente es una zona que necesita seguimiento, podremos guardarla como una “Zona de Gestión”. Si la anomalía no es importante o no informa sobre algo nuevo (como un bajo), pues se podría eliminar. De esta forma el algoritmo sabría que no debe volver a informar sobre esa anomalía. Aquellas anomalías guardadas como Zona de Gestión pueden ser analizadas y así conocer su evolución, en términos de índice de vigor y clorofila, en el tiempo.