Mauricio Simon, consultor agropecuario en Argentina, nos cuenta cómo usa Auravant para entender la evolución de cada hectárea del campo y su experiencia en maíz.
Cuando el encharcamiento es un problema que no se ve
Mauricio Simón es ingeniero agrónomo de la Universidad de Mar del Plata. Actualmente trabaja como consultor agropecuario y se dedica a brindarle soluciones a los productores. “Le ayudamos a “bajar” la tecnología disponible para que mejoren su producción”, explica.
“Nuestro principal desafío es que el productor logre entender la variabilidad que existe en su campo y poder utilizar este concepto de dos maneras: para potenciar los ambientes y por el otro lado para identificar las zonas en los que uno debe ser cauteloso a la hora de la siembra”, explica el Ing. Simon. Para él, es importante que los productores entiendan que hay muchos campos, no solo uno que es el que está “rodeado por alambres”.
Cuando las imágenes satelitales cambian la perspectiva
La experiencia en el campo es fundamental. Pero muchas veces, existen distintas soluciones que pueden ayudar a que la percepción sea sustentada con información confiable y, sobre todo, histórica. “Tomé un campo en Córdoba, que tenía 1500 hectáreas. Al verlo, parecía todo normal, parecían lotes limpios. Pero al ver su evolución histórica con imágenes satelitales, comencé a notar que había manifestaciones en los cultivos que yo no había visto en mi visita al campo”, señala el Ing. Simon.
“Empecé a ver sectores encharcados que venían del año anterior. Lugares que, a simple vista, y pese a mi experiencia, se veían parejos. El cultivo se había encharcado cuando yo todavía no trabajaba en ese campo y hubiera sido imposible verlos sin esta tecnología”, explica.
El momento de cambiar la fórmula
Mauricio Simón utilizó las imágenes satelitales de Auravant, la solución online de Auravant que permite entender cómo evolucionan las distintas hectáreas a lo largo del tiempo. A partir de esto, decidió cambiar el rumbo. “Si sembrábamos el maíz en primavera, las lluvias de esa época nos iban a arruinar ese sector, nos hubieran matado el cultivo”, explica. Entonces, a diferencia del resto de las hectáreas sin problemas de inundación, decidieron posponer ese sector para el verano. “Hicimos maíz tardío; en vez de hacerlo en septiembre, lo pasamos para la primera quincena de diciembre evitando las lluvias”.
El ingeniero Simón señala que esta medida preventiva evitó una inversión que no hubiera dado resultado en un sector particular. “Encontrar el síntoma o la deficiencia es clave para poder prevenir en vez de tener que curar. Uno todo el tiempo está tomando decisiones y necesita de mucha información que lo ayude a que la gestión sea más eficiente, para evitar pérdidas económicas”, sintetiza.
